
Los portavoces de Anice, asociación que agrupa a más del 95% de las empresas elaboradoras del sector del cerdo ibérico, señalan en un comunicado que “hablar de fraude o engaño para referirse a productos y marcas que cumplen estrictamente la normativa vigente es rotundamente falso y entraña una actitud irresponsable que únicamente siembra dudas en el consumidor y desconfianza hacia todos los productos ibéricos, buscando de forma desleal ventajas en el mercado”.
Con estas declaraciones, la Asociación intenta poner freno a las informaciones que desde diferentes frentes se vienen publicando en torno a los posibles fraudes en la comercialización de jamones y embutidos que se comercializan como ibéricos cuando realmente no lo son.
La nueva norma pondrá coto al etiquetado incorrecto
Desde diversas entidades que representan a los productores de cárnicos ibéricos, se vienen demandando mayores controles sobre el etiquetado de estos productos, al objeto de evitar confusiones en el consumidor. Así, un estudio hecho público a mediados del pasado año por Aeceriber (Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico) sobre etiquetado de carnes frescas y jamones y paletas ibéricos, en el que se visitaron 403 puntos de venta para analizar 206 referencias de carnes frescas y 4.073 referencias de jamón y paleta en pieza, loncheado y centros/deshuesado, puso de manifiesto que entre un 22 y un 30% de los productos observados no incluyen en sus etiquetas la certificación obligatoria (“Certificado por”, más el nombre y logo de la empresa de certificación).
El empleo de determinados elementos gráficos o términos confusos en algunos cárnicos, puede inducir a error al consumidor que puede identificar como ibéricos productos que no lo son
Asimismo, los productores del sector de ibéricos han expresado en diversas ocasiones su queja ante etiquetados que utilizan términos y elementos que pueden confundir al consumidor al interpretar que el producto es ibérico sin serlo, por las imágenes de la etiqueta, caso de cerdos de capa negra, bellotas o encinas.
La nueva Norma de Calidad del Ibérico, pendiente aún de su publicación en el BOE establecerá requisitos más estrictos y claros en relación con el etiquetado de estos productos, aplicando restricciones al uso de determinadas menciones, logotipos imágenes, dibujos, acrónimos, marcas y emblemas que puedan inducir a confusión al consumidor sobre el producto a adquirir.
La nueva norma también exigirá que el etiquetado deje clara la alimentación de los animales para saber si son de bellota o de cebo y distinguirá entre 100%, 75% o 50% ibérico, según la raza de los progenitores.
Otra queja reiterada viene por parte de los productores acogidos a las denominaciones de origen existentes para el ibérico: Los Pedroches, Jamón de Huelva, Dehesa de Extremadura y Guijuelo (Salamanca), ante el empleo en el punto de venta de reclamos con denominaciones de origen inexistentes. La Asociación Española de Denominaciones de Origen “Origen España” calcula en más de 90 millones de euros las pérdidas por fraudes en productos que usurpan el nombre de sus 42 DOP o IGP asociadas, entre las que se encuentran las citadas para el ibérico. Éstas, por su parte, han reclamado al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que, en el marco de la nueva Norma de Calidad del Ibérico y bajo la premisa de sencillez, haya un único precinto para los jamones y paletas ibéricos en lugar de dos como hasta ahora, en el que sea claramente identificativo el sello de la Norma de Calidad para las cuatro DO y, dentro de la misma etiqueta aparezca la nomenclatura y distintivo de cada una de ellas.
Por otra parte, como caso particular, Distribuciones Gastronómicas IberGour, empresa que comercializa a través de Internet jamón ibérico producido en España, ha querido dejar patente la existencia de engaños en la venta online de estos productos, al someter a un estudio genético y otro de ácidos grasos a un producto anunciado como “Jamón 100% ibérico de bellota, con un peso de 8 kg, por sólo 99 € IVA incluido más gastos de envío”. El análisis genético fue realizado por la Universidad de Córdoba y el de ácidos grasos por el Centro Tecnológico del Cárnico (TEICA). Un notario registró y dio fe de todo el proceso: la compra, el envío del jamón a los laboratorios y la recepción de los resultados del análisis. En referencia a la raza, el resultado del análisis indicó que se trataba de un jamón 50% ibérico (cruzado al 50% con raza Duroc). El análisis de ácidos grasos realizado por el TEICA indicó que su perfil lipídico se ajustaba más a un jamón de cebo (que no ha comido bellotas). Por último, se confirmó también que la curación, que no se especificaba ni en el anuncio ni en la etiqueta, era de 17 meses cuando, por ley, debe ser como mínimo de 22 meses.
Anice avala el cumplimiento legal de sus asociados
Ante una situación en la que determinadas prácticas pueden inducir a error al consumidor y, por ende, dañar la imagen de todo un sector, Anice ha emitido un comunicado para “manifestar con toda firmeza que las industrias cumplen estrictamente la Norma vigente que regula la elaboración y comercialización de productos del cerdo ibérico, una normativa que es de obligado cumplimiento para todos los operadores del sector, y que regula las diferentes calidades y denominaciones de venta”.
También ha querido “dejar claro que la legítima crítica a la normativa y la defensa de los propios intereses no puede amparar en ningún caso manifestaciones públicas de desprestigio para el conjunto del sector, que trabaja desde hace mucho tiempo en la mejora de las producciones, los controles y las garantías”.
La Asociación recuerda que “es inminente la publicación en el Boletín Oficial del Estado y la entrada en vigor de la nueva Norma de Calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibéricos por parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), que va a mejorar el marco normativo que regula los productos ibéricos e incrementará aún más garantías para los consumidores”.