
Ante la preocupación por la prevalencia del sobrepeso y la obesidad infantil, se ha puesto en marcha el proyecto Obinut, el primero en realizar un ensayo clínico de intervención nutricional en niños de 6 a 14 años obesos o con sobrepeso. El trabajo, liderado por el centro tecnológico AZTI, pone su foco en el estudio de los lípidos de membrana celular como un biomarcador integral para evaluar, junto a parámetros clínicos convencionales, el efecto del consumo de frutos secos en el metabolismo infantil. Estos resultados servirán para conocer el impacto de la incorporación en la dieta, de nueces y de ciertas grasas, sobre el metabolismo de esta población. A partir de ello, "se revisarán las necesidades nutricionales específicas de la población infantil obesa y sus preferencias alimentarias, lo que permitirá al sector de la alimentación e incluso compañías farmacéuticas y de suplementos, diseñar fórmulas novedosas tanto para la prevención como para el control de la obesidad infantil", señalan desde AZTI.
Hasta la fecha, se han llevado a cabo diversos estudios en poblaciones adultas que muestran que un consumo moderado y diario de ciertos frutos secos reduce el índice de masa corporal o el riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, hasta ahora no ha habido ningún estudio de intervención nutricional con frutos secos realizado en niños. Ahora, junto a AZTI, el Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces Bizkaia y el Consiglio Nazionalle delle Ricerche (CNR) de Italia ponen en marcha este proyecto, planteado a partir de los resultados obtenidos en otros trabajos en los que también ha participado el consorcio.
El consumo de nueces se ha asociado con beneficios para la salud, por su capacidad antioxidante, hipocolesterolémica, cardioprotectora, anticancerosa, antiinflamatoria y antidiabética, entre otras propiedades funcionales
Obinut parte de la premisa de que la cantidad y, sobre todo, la calidad de las grasas que ingerimos en nuestra dieta es crucial para la prevención y el tratamiento de la obesidad. Asimismo, segun señalan desde AZTI, tiene en cuenta que "recientemente, se ha sugerido que ciertas grasas monoinsaturadas participan favorablemente en la regulación de la oxidación de grasas, el metabolismo energético, las sensaciones de apetito, el mantenimiento del peso y el metabolismo del colesterol". También se toma como punto de partida el hecho de que varios estudios en obesos adultos han informado que la ingesta elevada de ácidos grasos saturados y trans aumenta el riesgo de enfermedad coronaria y diabetes mellitus en comparación con los ácidos grasos monoinsaturados o ácidos grasos poliinsaturados, si bien todavía se debe investigar sobre el papel de la grasa de la dieta en nuestro metabolismo.
El consumo de nueces se ha asociado con beneficios para la salud, por su capacidad antioxidante, hipocolesterolémica, cardioprotectora, anticancerosa, antiinflamatoria y antidiabética, entre otras propiedades funcionales (Kim Y, Keogh JB, Clifton PM. Nutrients. 2017;9(11):1271). En muchos estudios realizados en población adulta, también se ha observado que un consumo moderado de ciertos frutos secos reduce el índice de masa corporal o el riesgo de enfermedad cardiovascular (Ros E 2010. Nutrients;2(7):652-82). Sin embargo, tal como subrayan desde AZTI, "no existen estudios de intervención nutricional con frutos secos realizados en la población infantil".
Sobrepeso, un problema que afecta a un tercio de los menores a nivel mundial
El consorcio encabezado por AZTI aborda este estudio con el objetivo de contribuir a aportar soluciones al problema del sobrepeso en los menores, causa de enfermedades en la edad adulta. Según datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), el 33% de los niños y adolescentes, entre 2 y 17 años, padece sobrepeso y obesidad, a nivel mundial. En el caso de España, aatendiendo a esta misma fuente y la encuesta ENPE ('Prevalencia de obesidad general y obesidad abdominal en la población adulta española 2014–2015'), la tasa de obesidad ha aumentado un 9% en este segmento de población, y un 4% en adultos en los últimos 15 años.
Por su parte, el estudio más reciente en la población pediátrica (Aladino, 'Estudio sobre la Alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad', 2015), sitúa el porcentaje de sobrepeso infantil en nuestro país en torno al 23% y el de obesidad infantil cerca del 18%. Los valores más altos se encuentran en los rangos de edad de 6 a 9 años y de 18 a 24 años.