
Bühler Group y Vyncke han firmado una asociación estratégica con el objetivo de ofrecer soluciones integradas con las que los productos de flujo secundario de biomasa se transforman en energía de proceso limpia, reduciendo así la huella de carbono de los clientes. La dependencia de los combustibles fósiles -y con ello las emisiones de CO2- puede disminuir entre un 20% y un 100%, dependiendo de la materia prima y de los productos de flujo secundario. Esto significa que, en algunos casos, las fábricas de alimentos pueden llegar a ser totalmente neutras en carbono.
El primer objetivo de la asociación son los segmentos de procesamiento de cacao, avena y malta. "Esta asociación es un elemento clave en nuestra estrategia para reducir masivamente el CO2 en las cadenas de valor de nuestros clientes", afirma Johannes Wick, director general de Bühler Grains & Food. "Muchas industrias confían en nuestras soluciones para reducir su consumo de combustibles fósiles. Con Bühler, ahora pretendemos convertirnos también en el estándar para reducir la huella de CO2 de la industria alimentaria", afirma Peter Vyncke, propietario de Vyncke. "Juntos, Bühler y Vyncke pueden ofrecer soluciones integradas y optimizadas en las que los beneficios económicos y ecológicos van de la mano".
Los subproductos de la biomasa se generan en casi todos los procesos alimentarios. Ejemplos típicos son el procesamiento de cereales, arroz, maíz y cacao. En la actualidad, los subproductos suelen utilizarse para alimentar a los animales o simplemente se eliminan. A partir de los subproductos de la biomasa, los fabricantes de alimentos también pueden producir una forma de energía neutra para el clima.
A diferencia de la combustión de combustibles fósiles, el uso de la energía de la biomasa ayuda a controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que la única fracción liberada corresponde a lo que las plantas tomaron previamente de la atmósfera durante su crecimiento, que es menor que el transporte de los productos de la corriente lateral a un lugar donde se utilizarían para la alimentación animal o para su eliminación. Esto crea un ciclo neutro de CO2. Con los nuevos equipos, los servicios digitales y las ofertas de readaptación, Bühler ya ha hecho grandes progresos para que sus soluciones sean más eficientes desde el punto de vista energético. "Al añadir los procesos de recuperación de energía de Vyncke a nuestra cartera, podemos ofrecer a nuestros clientes soluciones alimentarias de bajo a cero carbono", afirma Johannes Wick.
La energía como sinónimo de éxito empresarial
El proveedor de tecnología belga Vyncke está especializado en la producción de energía a partir de una amplia gama de subproductos de biomasa, incluidos los residuos industriales o municipales. La gama de combustibles a base de biomasa disponibles para la producción de energía es amplia: desde residuos agrícolas y madereros hasta lodos de procesos industriales, madera reciclada y cultivos energéticos especialmente cultivados. Vyncke diseña y construye sistemas de energía verde y limpia que queman biomasa y residuos para producir energía de proceso térmica de 1 a 100 megavatios hora (Mwh) y energía eléctrica de 0,5 a 15 megavatios eléctricos (Mwe).
Fuera de las industrias que hacen un uso intensivo de la energía, la mayoría de las empresas han tendido que considerar la adquisición de energía como un coste que hay que gestionar, más que como un área estratégica en la cadena de valor. Sin embargo, hoy en día la energía se está convirtiendo en una de las palancas más importantes para el éxito empresarial. Con su cooperación, el Grupo Bühler y Vyncke están abordando esta cuestión para desarrollar soluciones para una producción de alimentos más sostenible, con cadenas de proceso holísticas en las que se integra la recuperación de energía para poder reducir el consumo y los costes energéticos externos. Esto no sólo contribuye a una mayor sostenibilidad, sino que también abre ventajas competitivas para los productores de alimentos a través de una mayor eficiencia energética.
"Hoy en día, estamos lejos de aprovechar todo el potencial de recuperación de energía de los productos de las corrientes laterales. Nuestro objetivo es reducir el consumo de energía de una planta alimentaria hasta en un 70%. Lo bueno de nuestras soluciones es que la sostenibilidad y los criterios económicos van de la mano. En la actualidad, ya estamos permitiendo a nuestros clientes reducir las emisiones en 2,5 millones de toneladas de CO2 al año. Al asociarnos con Bühler, podemos seguir mejorando y ampliando estas soluciones en un enfoque integrado para crear un impacto positivo mucho mayor", afirma Peter Vyncke.
Malterías: "un consumo de energía térmica enorme"
Un proyecto conjunto especialmente importante será la ampliación de una planta de producción de malta para el socio comercial de Bühler desde hace tiempo, Malteria Oriental S.A. en Montevideo, Uruguay. Malteria Oriental S.A. pertenece al Grupo Petrópolis, uno de los mayores productores de cerveza de Brasil. Su negocio cervecero requiere más malta, ya que el consumo de cerveza en Sudamérica ha crecido constantemente en los últimos años.
En las malterías, el consumo de energía térmica para secar la malta es enorme. En el proyecto, Vyncke se encargará de recuperar la energía térmica de la biomasa, que es un subproducto de la producción de malta. A través de una auditoría energética in situ, Vyncke desarrolló una configuración para reducir el tamaño del sistema energético en un 30%, lo que supone un ahorro en la inversión total y en los costes operativos. Vyncke construirá una caldera de agua sobrecalentada de 20 megavatios, llave en mano, con sistemas de combustión dobles que quemarán cáscaras de cebada internas y rechazos de la planta, completados con astillas de madera de origen externo. Esto permitirá ahorrar 35.000 toneladas de emisiones de CO2 al año en comparación con las prácticas operativas habituales en Uruguay.
La nueva maltería está diseñada para un tamaño de lote de 260 toneladas de cebada y tiene una capacidad anual de 77.000 toneladas de malta. La puesta en marcha y la producción están previstas para marzo de 2022.
"Al colaborar estrechamente, pretendemos ejecutar los proyectos con un menor esfuerzo de coordinación para nuestro cliente. Nuestra fuerza innovadora conjunta nos impulsará hacia el futuro y nuestros clientes dispondrán de soluciones cada vez mejores y más eficientes", afirma Johannes Wick.
Tanto Vyncke como Bühler se han fijado el objetivo de reducir el consumo de energía en todas las nuevas plantas alimentarias en al menos un 50% para 2025. Juntos, ambos socios quieren crear la posibilidad de que las malterías sean neutrales en cuanto al CO2. El proyecto de Uruguay es solo el principio. En el futuro, ambos socios tienen la intención de coordinar sus soluciones tecnológicamente de forma específica.
Otras informaciones en la edición de Tecnifood núm. 134 (marzo/abril 2021)