
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha llevado a cabo un estudio en el que ha identificado un gen clave en la formación de los frutos de tomate sin semillas, un avance de interés en agricultura ya que permite el crecimiento del ovario de la fruta sin necesidad de que exista fertilización, una ventaja en caso de que las condiciones ambientales no favorezcan la polinización.
Esta mutación se ha conseguido a partir de los tomates de la variedad hydra, que son un 40% más pequeños y pesan un 80% menos que los de la variedad clásica.
De cara al consumidor, "su valor reside en que la ausencia de semillas puede aumentar la vida útil de los frutos y supone una ventaja en el caso de la fabricación de zumos y pastas de tomate, en las que se tienen que eliminar las semillas durante el proceso de elaboración”, explica la investigadora Concha Gómez Mena, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, centro mixto del CSIC y de la Universitat Politècnica de València.
Desarrollo de frutos sin semillas
Existen dos estrategias para obtener frutos partenocárpicos: una, mediante cultivo de variedades de plantas que han mutado y producen frutos sin semillas; y la otra, que consiste en la aplicación externa de reguladores del crecimiento, tales como las auxinas y las giberelinas.
Mediante técnicas de clonación, silenciamiento génico y experimentos de análisis de expresión, se han identificado el gen Hydra, que es similar al gen Sporocyteless/Nozlle de la planta modelo Arabidopsis. "El estudio realizado en tomate ha revelado una nueva función para estos genes, que es la prevención del crecimiento precoz de los ovarios, por lo que al estar el gen inactivo en la variedad hydra se produce el desarrollo de frutos sin semillas", explica el investigador José Pío Beltrán, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas.