El interés de los consumidores por mejorar su salud a través de los alimentos ha llevado a la industria alimentaria a la búsqueda de nuevos ingredientes y tecnologías. Y precisamente las fibras, cuyos beneficios nutricionales y funcionales son reconocidos desde hace generaciones, cumplen con este objetivo. Todo ello sin olvidar su carácter tecnológico en distintas aplicaciones de la producción de alimentos, como es el caso de la reducción de azúcares y grasas, en un mercado con buenas perspectivas de futuro