
Tal como señala el director general de Inovafood, Oriol Viladevall, “de todos es conocida la importancia de incorporar vegetales en nuestra dieta, pero lo cierto es que no es tan popular incorporar vegetales de origen marino”. En este sentido, las algas de origen ártico de Algea pueden considerarse como una rica fuente de nutrientes, de modo que con un pequeño volumen de consumo se aporta un alto contenido nutricional. Esta riqueza en nutrientes se debe en gran medida al hecho de que estos vegetales han tenido que adaptarse a condiciones de vida variables y muy extremas, lo que les confiere unas propiedades biológicas muy activas.
Algea está especializada en el procesado del alga Ascorphyllum nodosum, que contiene antioxidantes como los polifenoles y phlorotaninos, vitaminas y alginatos. Diversos estudios han puesto de manifiesto la utilidad de esta alga en el control del peso, así como su valor como fuente de yodo, lo que ayuda a una mayor capacidad cerebral. El empleo de esta alga en las formulaciones de alimentos también permite sustituir una parte de potenciadores del sabor, como la sal, reduciendo la ingesta de sodio, lo que permite elaborar productos para dietas más saludables desde el punto de vista coronario.
Sostenibilidad y preservación de cualidades
Algea realiza la recogida y procesado del alga Ascorphyllum nodosum de manera sostenible para preservar todas sus cualidades. Partiendo de un conocimiento profundo de las algas del Ártico, fruto de su experiencia de 75 años en este mercado, tras estudiar su ciclo de vida y la composición de los ingredientes activos de acuerdo a la temporada y las condiciones climáticas, la compañía elige el momento más adecuado para cosechar las algas.
Para ello, selecciona cuidadosamente los lugares de recolección, tomando las algas de los espacios naturales en el momento más adecuado para obtener la mayor concentración de principios activos. Cumpliendo con sus premisas de sostenibilidad, Algea solo vuelve al mismo lugar después de 4 o 5 años, para que las algas tengan el tiempo suficiente para crecer de nuevo adecuadamente. Además, la compañía sitúa sus plantas industriales en Noruega, junto a las áreas de extracción, para evitar largos periodos de transporte y almacenamiento, de modo que las algas se procesan dentro de las 24 horas desde la cosecha para mantener al máximo sus principios activos.