
Un equipo constituido por especialistas del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) y la start-up Controlnano, están desarrollando un nuevo dispositivo de detección de la presencia en tiempo real del COVID-19, tanto en el aire ambiente como en fluidos biológicos. Esta solución, ofrecerá resultados al instante, con bajo coste, lo que permitiría contar con un diagnóstico inmediato, poder transportarlo de forma rápida y acelerar la toma de decisiones para frenar su expansión. Se espera que el resultado del proyecto, denominado Covidsense, esté disponible en los próximos meses, tras el desarrollo de un prototipo técnicamente viable por parte de Itene y su validación en hospitales y localizaciones urbanas e industriales.
Esta iniciativa, en sus fases de escalado industrial y validación en el mercado, ha sido presentada por Controlnano al programa EIC Accelerator con el fin de obtener apoyo de la Unión Europea para su desarrollo.
Por ello, desde el centro y la compañía han afirmado que "esta innovación permitiría subsanar uno de los problemas cruciales en el control de la pandemia que vive el mundo en la actualidad, como ha sido la escasez de tests rápidos que permitan un diagnóstico rutinario de esta enfermedad, ya que la detección rápida y precisa del coronavirus es crucial para controlarla". A pesar del grado de incertidumbre sobre el nivel de precisión que logrará en una primera fase, los investigadores han argumentado que "confían desarrollar un prototipo técnicamente viable, en el que se aplicarán conocimientos de nanomateriales, electrónica y biosensorización". Asimismo, dicho trabajo se está elaborando con el apoyo del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) de la Generalitat Valenciana en el marco del convenio que tiene con Itene.
Uso de biosensores para controlar la presencia de coronavirus
El dispositivo biosensor para la detección rápida del virus SARS-CoV-2 se basará en el uso de nanomateriales que actúan como soporte de receptores químicos o biológicos y que interactúan con partes específicas del virus. Este análisis se podrá realizar ya sea sobre aire exhalado (en este caso, el dispositivo funcionaría de forma similar a un alcoholímetro), o sobre muestras de sangre, orina o aguas residuales.
El proceso de reconocimiento e interacción permitirá emitir una señal que puede ser procesada en una aplicación informática y enviada a modo de alerta a centros de emergencia o personal encargado de la prevención de riesgos. Actualmente, según han confirmado desde el centro y la compañía, "los tests clínicos se están efectuando de manera fiable con la técnica clásica conocida como PCR (polymerase chain reaction). No obstante, este método requiere de un protocolo complejo y costoso de procesado de la muestra, así como de personal experto, y no permite los llamados test “on-site”, por lo que las muestras han de ser enviadas a laboratorios específicos para su análisis".
Los biosensores que se desarrollarán en el proyecto puesto en marcha por Itene son adecuados para la detección viral en tiempo real debido a su alta sensibilidad y selectividad, bajo coste, operación simple, portabilidad y análisis rápido. De esta manera, estos sistemas facilitarán la toma de decisiones clínicas y eliminarán parte de la carga de trabajo de los laboratorios de pruebas centralizadas. Además de su aplicación para la detección del COVID-19 estos biosensores podrán usarse para otros diagnósticos médicos, así como para el monitoreo ambiental y en el procesamiento de alimentos, agua y productos agrícolas.
La función de Itene en la protección frente al COVID-19
La seguridad frente a la presencia de agentes químicos y biológicos en ambientes laborales e industriales es una de las áreas de especialidad Itene, que a través de su Unidad de Seguridad de Partículas, dirigida por el experto investigador Carlos Fito, está apoyando al tejido industrial para implementar las medidas necesarias para garantizar la protección frente al coronavirus.
Además de su experiencia en los campos de seguridad y salud en el trabajo, toxicología, ecotoxicología y bioinformática, el centro tecnológico dispone de equipamiento propio para medir el nivel de exposición a nanopartículas en el área de trabajo, laboratorio para pruebas de (eco) toxicidad e instalaciones para evaluar la efectividad del equipo de protección personal (EPI) incluyendo protección dérmica y respiratoria.
Otras informaciones en la edición de Tecnifood núm. 129 (mayo/junio 2020)