
Según explica Jesús Pardo, del Departamento Comercial de Laygo Gaskets, la principal ventaja de Pruebas de Integridad® “consiste en poder averiguar si hay contaminación interna en los circuitos, es decir, si las placas están perforadas sin tener que abrir el intercambiador, lo que es realmente innovador y muy interesante especialmente para la industria alimentaria”. El sistema está disponible en dos versiones, con fluoresceína y con nitrón 5.
Las normas sanitarias relativas a la producción de alimentos definidas en la directiva CE 92/46 de junio de 1992, modificada por la directiva CE 94/71, exige a los industriales que apliquen una política de prevención de riesgos y, en especial en los lácteos, se ha de hacer frente a la necesidad de evitar toda mezcla entre el producto pasteurizado y el producto entrante. En este sentido, el sistema Pruebas de Integridad® con fluoresceína es un procedimiento fiable que permite un control de la no contaminación por secciones en los juegos de placas de los intercambiadores, sin tener que proceder a su apertura, permitiendo efectuar fácilmente un mantenimiento preventivo para evitar problemas que conllevarían una contaminación de los productos.
Con esta tecnología, es posible que si en la comprobación el sistema de fluoresceína detecta que hay placas perforadas, es cuando se abre el intercambiador y se hace una verificación placa a placa y con líquidos químicos penetrantes para cambiar las placas dañadas, pero “la ventaja del sistema es que si la comprobación da negativa, no se requiere la apertura del intercambiador y emitimos un certificado válido para las auditorías de la industria alimentaria que indica que el intercambiador está en perfectas condiciones y se puede continuar trabajando con él”, puntualiza Pardo.
Por su parte, la versión con gas ofrece una preparación y una ejecución mucho más rápidas que la prueba con fluoresceína, si bien difiere sobre todo en la necesidad de vaciar por completo el intercambiador antes de la prueba. El nitron 5 es un gas neutro ligeramente hidrogenado, no inflamable e inofensivo, además es totalmente insensible al agua, por lo que es posible probar los intercambiadores vacíos pero no secos. El principio de su funcionamiento consiste en detectar las moléculas de hidrógeno que pueden pasar a través de las placas o tubos defectuosos.