
El brote de intoxicación alimentaria causado por toxina botulínica asociado al consumo de atún en aceite de girasol en conserva de la marca DIA, "se limita a una única lata, de un único lote, que previamente a su análisis se abrió y manipuló. Los análisis del resto del lote han resultado satisfactorios y así lo ha acreditado la Xunta de Galicia". Esta es la declaración realizada por la empresa Frinsa del Noroeste, fabricante de las citadas latas de atún, a raíz de la publicación de la alerta sanitaria por botulismo, por parte de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. La alerta se produce en un momento especialmente sensible, debido a la alarma social provocada por el brote de listeriosis que ha afectado a más de 200 personas.
El origen de la alerta se produjo el día 9 de agosto, cuando Aesan tuvo conocimiento a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), de una notificación por parte de las autoridades sanitarias de la Comunidad Autónoma de Castilla y León que informaba de un brote de botulismo asociado al consumo de atún en conserva presente en una ensaladilla rusa casera, resultado de lo cual ha habido cuatro afectados de una misma familia. Tras ello, la Agencia señala que "se activó la alerta a nivel nacional y se localizó e inmovilizó de forma preventiva el producto implicado en la investigación epidemiológica sospechoso de ser el causante del brote: conserva de atún en aceite de girasol de la marca DIA.
El botulismo esta provocado por el Clostridium botulinum, microorganismo que se desarrolla en ausencia de oxígeno. La vía de intoxicación más común es la alimentaria, por ingestión de productos mal preparados o conservados de manera inapropiada
Según el boletín analítico de fecha 29 de agosto, los análisis realizados en el Centro Nacional de Alimentación confirmaron la presencia de toxina botulínica en la lata consumida: conserva de atún en aceite de girasol formato RO 900, de la marca DIA, con lote 19/154 023 02587 elaborado en Frinsa del Noroeste S.A. con fecha de consumo preferente 31/12/2022.
Por iniciativa de DIA, según informa la propia compañía de distribución, dicho lote "fue retirado ya el 10 de agosto de todas las tiendas de forma preventiva". Asimismo, la firma señala en un comunicado que ha recibido por parte de Aesan "la confirmación de la presencia de toxina botulínica en el análisis de una única lata, por lo que la compañía procede a solicitar la devolución de dicho lote del producto a sus clientes". Además, "de forma proactiva, DIA va a contactar con los clientes susceptibles de haber adquirido este producto utilizando todos los canales que sean necesarios".
Inspección de las instalaciones de Frinsa
Tras recibirse la notificación de alerta por botulismo por parte de la Aesan, la Dirección General de Salud Pública de la Consellería de Sanidad de la Xunta de Galicia contactó con la empresa proveedora de las latas de atún, Frinsa del Noroeste "para verificar, en una inspección, realizada el día 13, tanto los controles de producción como los procesos de esterilización. No detectándose ninguna anomalía en el proceso de tratamiento para las conservas", señalan fuentes de la entidad. A ello añaden que "se identificó que todo el producto implicado fue suministrado a la mencionada empresa distribuidora, no existiendo más existencias fuera de ese distribuidor". La totalidad del producto se distribuyó por la plataforma DIA a establecimientos de las comunidades autónomas de Asturias, Castilla-León, Cataluña, Aragón, La Rioja, Murcia, Navarra, Castilla-La Mancha y Valencia, "donde se procedió a la inmovilización y retirada de los productos afectados".
Asimismo, la Dirección General de Salud Pública de la Consellería de Sanidad llevó a cabo el 30 de agosto una nueva inspección complementaria de las instalaciones de Frinsa. Esta visita a la industria "tuvo por objeto verificar el mantenimiento preventivo al que se somete el autoclave en el que se elaboró el lote identificado previamente". Igualmente, han solicitado a la empresa un nuevo estudio de distribución de temperatura y test de penetración del calor del autoclave implicado, cuya finalidad es confirmar el correcto funcionamiento del mismo.
Desde la administración autonómica también han querido destacar que Frinsa, "al igual que el resto de empresas de Galicia, está sometida a los controles periódicos de inspección, dentro del marco del Plan de Control de la Cadena Alimentaria de Galicia". Por su parte, desde la compañía conservera inciden en que "ha habido y hay una absoluta colaboración entre la empresa y las autoridades sanitarias desde que se ha tenido conocimiento de este caso". Además señalan que "los controles de calidad y seguridad alimentaria más estrictos están implantados en las instalaciones de Frinsa, cumpliendo con todos los requerimientos establecidos", y que sus productos "cuentan con las máximas garantías, más allá de las exigidas legalmente".
Botulismo, una intoxicación poco frecuente pero grave
El botulismo esta provocado por el Clostridium botulinum, microorganismo que produce esporas termorresistentes ampliamente difundidas en el medio ambiente, que en ausencia de oxígeno germinan, crecen y excretan toxinas. La bacteria botulínica necesita para su desarrollo medios poco ácidos o alcalinos, con valores de pH superiores a 4,5. La vía de intoxicación más común es la alimentaria, por ingestión de productos mal preparados o conservados de manera inapropiada, siendo los más expuestos las carnes o pescados crudos conservados mediante procesos de salado o ahumado deficientes; algunas verduras poco ácidas o que pueden perder su acidez natural por la acción de otros microorganismos, y productos enlatados.
La prevención del botulismo de trasmisión alimentaria se basa en las buenas prácticas de elaboración, en particular la conservación y la higiene
El Clostridium botulinum es una bacteria anaerobia, lo que significa que únicamente se desarrolla en ausencia de oxígeno. El botulismo de transmisión alimentaria se produce cuando Clostridium botulinum crece y genera toxinas en alimentos con bajo contenido de oxígeno y en algunas combinaciones de temperatura de almacenamiento y parámetros de conservación, lo que ocurre principalmente en conservas de alimentos hechas sin las debidas precauciones y en alimentos inapropiadamente procesados, enlatados o embotellados en casa. Este microoranismo no se desarrolla en condiciones de acidez (pH inferior a 4,6), y por lo tanto la toxina no se generará en alimentos ácidos. Las combinaciones de baja temperatura de almacenamiento y contenidos de sal, y/o el pH, se utilizan también para prevenir el crecimiento de la bacteria o la formación de la toxina.
Según se detalla desde Aecosan, "a pesar de que las esporas de Clostridium botulinum son termorresistentes, la toxina producida por la bacteria que crece a partir de las esporas en condiciones anaeróbicas se destruye mediante el hervor (por ejemplo, a una temperatura interna superior a los 85º C durante al menos cinco minutos)".
La prevención del botulismo de trasmisión alimentaria se basa en las buenas prácticas de elaboración, en particular la conservación y la higiene. La Agencia informa de que el botulismo se puede prevenir mediante la desactivación de las esporas bacterianas en los productos esterilizados, señalando que "la pasteurización comercial (productos pasteurizados envasados al vacío, ahumados en caliente) no siempre es suficiente para inactivar todas las esporas y, por consiguiente, la inocuidad de esos productos se deberá basar en la prevención del crecimiento bacteriano y la producción de toxinas. Las temperaturas de refrigeración combinadas con el contenido de sal y/o las condiciones de acidez impedirán el crecimiento de la bacteria y la formación de toxinas", concluyen.