
Un reciente estudio dirigido por el profesor Graham MacGregor de la Queen Mary University de Londres, destaca la gradual reducción de azúcar en bebidas refrescantes y zumos de frutas como una estrategia clave en la reducción de sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2. El estudio, publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology y centrado en el mercado de Reino Unido, señala que una reducción del 40% en azúcares en los refrescos y zumos de frutas durante cinco años supondría al final del periodo una reducción media de 38,4 kcal/día, lo que se traduciría en una reducción del peso corporal de 1,20 kg en los adultos y un descenso en la prevalencia de sobrepeso de un punto porcentual, pasando en Reino Unido del 35,5 al 34,5%, y de 2,1 puntos en el caso de la obesidad (de 27,8 al 25,7%), lo que a su vez evitaría alrededor de 274.000 a 309.000 casos de diabetes tipo 2 en las dos décadas siguientes.
Si se excluyen los zumos de frutas, “debido a posibles retos para la reformulación” según este estudio, las correspondientes reducciones en el consumo de energía y el peso corporal serían de 31 kcal por día y 0,96 kg, respectivamente. Estas reducciones se traducirían en 0,7 puntos porcentuales en la prevalencia de sobrepeso y 1,7 puntos en la tasa de obesidad, previniendo unos 221.000 a 250.000 casos de la diabetes tipo 2 dos décadas después de que se lograra la reducción prevista en el peso corporal. El trabajo propone, además de esta reducción del contenido en azúcares en las bebidas sin el uso de edulcorantes artificiales, el informe propone su “combinación con otros enfoques, como las políticas fiscales, para producir un efecto más potente”.
"El impuesto sobre los refrescos en México ha reducido la ingesta media de calorías en solo 6 calorías al día y las ventas en Francia han vuelto a los niveles previos al establecimiento de estos impuestos", señala el director general de la patronal británica del sector de refrescos
En respuesta a esta publicación, Gavin Partington, director general de The British Soft Drinks Association (BSDA, la patronal británica del sector de bebidas analcohólicas), señala que “las hipotéticas afirmaciones realizadas en este estudio son contrarias a la evidencia. De hecho, el consumo de azúcar en el Reino Unido ha ido disminuyendo durante muchos años, sobre todo de los refrescos, como dan testimonio las estadísticas gubernamentales, mientras que los niveles de obesidad aumentaron”. Según los datos estatales facilitados por la Asociación, las compras de refrescos regulares alcanzaron su punto máximo en 2003 y han estado disminuyendo desde entonces, cayendo un 22,9% entre 2010 y 2013, al tiempo que las compras de bebidas bajas en calorías aumentaron en un 35,7% (Fuente: Defra Family Food Survey, diciembre 2014), a lo que añade que según datos gubernamentales de la NDNS (National Diet and Nutrition Survey) publicados en 2014, los refrescos representan el 3% de las calorías en la dieta promedio del Reino Unido.
Respecto a la propuesta de implantar un gravamen fiscal a estos productos, Partington afirma que “tampoco hay evidencia de que un impuesto sobre los refrescos tendría un impacto en la obesidad. El impuesto sobre los refrescos en México ha reducido la ingesta media de calorías en solo 6 calorías al día y las ventas en Francia han vuelto a los niveles previos al establecimiento de estos impuestos”.
Frente a ello, el director de la BSDA ha resaltado las iniciativas llevadas a cabo por las empresas del sector para mejorar su papel en la dieta: “la industria de los refrescos está tomando medidas prácticas para ayudar a los consumidores, a través de la reformulación, tamaño de las porciones más pequeñas y una mayor promoción de las opciones bajas o sin calorías, reduciendo el contenido de azúcar en un 7,5% en los últimos años y con planes para reducir el contenido en calorías en más de un 20% para el año 2020”.
El posicionamiento del sector español
En línea con la patronal británica, la asociación española de bebidas refrescantes Anfabra señala que “en los últimos años, el azúcar y las bebidas azucaradas se han convertido en ‘blanco fácil’ frente al incremento de las cifras de obesidad, sin una base científica, ya que: las cifras de obesidad han aumentado y sin embargo el consumo de bebidas azucaradas ha disminuido, y en el caso de las bebidas refrescantes, el sector lleva reduciendo las calorías de los productos desde hace más de 15 años”.
Desde Anfabra destacan que las bebidas refrescantes "solo aportan el 2,1% del total de las calorías diarias que ingieren los españoles” y el sector lleva más de 15 años reduciendo el contenido calórico de sus productos
La Asociación subraya que “las bebidas refrescantes forman parte de una alimentación equilibrada, variada y moderada” y para reforzar este argumento aporta datos como que “solo aportan el 2,1% del total de las calorías diarias que ingieren los españoles”, según un reciente estudio publicado en la revista científica Nutrients.
También en el caso del mercado español, la industria ha puesto el acento en la reducción calórica de estos productos entre otras iniciativas, de modo que “la cantidad de calorías por litro vendido de bebidas refrescantes se ha reducido y, además, se ha aumentado la oferta de productos light sin casi calorías”. En concreto, los datos de Anfabra señalan que entre 2009 y 2014, las calorías por litro del conjunto de bebidas refrescantes puestas en el mercado español se han reducido en un 19%, a lo que añaden que “la cuarta parte de los refrescos está por debajo de las 4 calorías por 100 ml, es decir, su aporte energético es casi nulo. Todo ello es el resultado del compromiso del sector con la innovación y la promoción de productos bajos y sin calorías”.
En esta dirección, también recuerda que “el sector de las bebidas refrescantes está firmemente comprometido con la educación nutricional y la promoción de la actividad física”, como demuestra colaboración activa con el Ministerio de Sanidad en las iniciativas voluntarias que éste promueve, en el contexto de la Estrategia NAOS, para educar en nutrición y actividad física y prevenir la obesidad, y el Código PAOS sobre la publicidad de alimentos dirigida a menores.
En cuanto a las propuestas de fiscalidad especial, la opinión de Anfabra es clara: “los impuestos no solucionan problemas de salud pública”, lo que argumenta señalando que “no existe evidencia científica de que este tipo de medidas impositivas, por lo general discriminatorias, sean efectivas en la lucha contra unos problemas complejos y en los que interfieren multitud de factores; como es el caso de los problemas derivados de los estilos de vida”. Por el contrario, “la evidencia científica indica que este tipo de medidas son ineficaces, no contribuyen a promover dietas saludables y además rompen con el principio de que no existen alimentos buenos o malos, cuando la clave pasa por dietas equilibradas y un estilo de vida saludable. Es más, este tipo de impuestos serían injustos y regresivos, porque se impondría a todos (obesos o no) y castigarían de forma especial a la población con menos recursos”, concluyen desde Anfabra.