
La pandemia del Covid-19 provocó la paralización de todas las industrias que operan en España a excepción de las áreas relacionadas con la creación de productos alimentarios y farmacéuticos, así como las industrias auxiliares necesarias para su correcto funcionamiento. No se produjo ninguna disminución en la producción de estos sectores, sino que más bien hubo "un repunte tanto a nivel nacional como internacional, de manera que no se podía detener la producción y los trabajadores de estas industrias, si podían trabajar, tenían que hacerlo", detalla Levi Corbacho, responsable de producto de Mettler Toledo Safeline y responsable del centro de comprobaciones que la compañía tiene en Barcelona.
Para Corbacho, además, "los fabricantes añadieron más turnos, también durante el fin de semana, para aumentar la capacidad: intentaron producir lo máximo posible, pero de la forma más segura posible. Esto implicó el retraso o la paralización de algunos proyectos relacionados con el suministro y la puesta en servicio de maquinaria y equipos nuevos, ya que los fabricantes no contaban con el tiempo suficiente para detener las líneas de producción y poder actualizar los equipos. Durante tres meses, los fabricantes se han unido para maximizar la producción y la seguridad, por lo que los proyectos secundarios, a veces, se han visto resentidos".
Antes de que el coronavirus se expandiera a nivel mundial, esta compañía especializada en soluciones de inspección y pesaje ya disponía de herramientas digitales para trabajar de forma retoma (simuladores, material digital y demostraciones en víde). No obstante, no las usaban, ya que preferían una interacción directa con sus clientes, aunque supuso una "gran ventaja" de cara a afrontar el nuevo escenario. “Lo principal es adaptarse a la nueva situación, cuanto más rápido lo hagas, mayores serán tus logros”, enfatiza el portavoz de Mettler Toledo.
"Durante la pandemia, no cerramos el centro de comprobaciones de Barcelona en ningún momento. Nos cercioramos de que todo el mundo pudiera trabajar de forma segura y productiva, pero queríamos mantenerlo abierto como nuestro “símbolo de resistencia, como un faro”. Esto se debe a que queríamos que los fabricantes se sintieran apoyados y comunicados con nosotros en caso de que necesitaran comprobar o evaluar muestras de sus productos en cuanto a la exactitud de inspección, el rendimiento o la sensibilidad del detector de contaminantes durante esta época tan estresante", añade Corbacho.
La compañía, a consecuencia del Covid-19, redefinió sus normas de seguridad, reorganizo los turno de trabajo de su plantilla y solo mantuvo los empleados fundamentales en las instalaciones en momentos específicos. "Nuestro objetivo ha sido ofrecerle a la empresa normalidad y continuidad, algo que logramos".
Para Mettler Toledo, aunque es cierto que muchas empresas están rediseñando su funcionamiento para aumentar la parte del trabajo que se lleva a cabo de forma remota, "en nuestro caso, valoramos en gran medida la interacción humana y la creación de vínculos, y nos centramos en el éxito a largo plazo. Por ello, la limitación del tiempo que pasamos cara a cara con el cliente ha sido solo una medida provisional, no algo que queramos mantener siempre".
En paralelo, la compañía mantendrá las herramientas digitales. "Desde el punto de vista de la gestión, el empleo de las herramientas digitales nos ha proporcionado una mayor flexibilidad, es decir, nos han ofrecido más tiempo y nos han liberado de las ataduras que implica el trabajo desde una única ubicación. No obstante, todo lo aprendido se implementará de manera progresiva, a medida que sigamos trabajando y recuperemos cierta normalidad", determina Corbacho.
Otras informaciones en la edición de Tecnifood núm. 132 (noviembre/diciembre 2020)