November 29, 2021, 9:00 AM GMT+1
La vid necesita, durante las distintas etapas de maduración, de suficiente energía proveniente del sol y de las variaciones térmicas durante el día y la noche para que los metabolitos se acumulen en las uvas de una forma correcta. Algunos de estos son los azúcares (glucosa, fructosa), responsables del grado alcohólico de los vinos; los ácidos orgánicos (ácido tartárico, ácido málico), que aportan frescor; los pigmentos (antocianos), responsables del color que caracteriza a las distintas variedades tintas; y los taninos (de la uva y de la madera), que contribuyen al cuerpo y a la astringencia de los vinos tintos. Una proporción equilibrada de estos parámetros es deseada en la elaboración de vinos de calidad