December 29, 2018, 8:30 AM UTC
Una vez finalizada la fermentación maloláctica y durante la etapa de estabilización de los vinos, es necesario llevar a cabo un exhaustivo control de la población microbiológica para evitar alteraciones y asegurar la calidad final del vino. En el presente artículo se describe una de las últimas aplicaciones de los pulsos eléctricos (PEAV) y las altas presiones (HPH) en enología, que permite reducir la cantidad de SO2 añadido tras la fermentación maloláctica para controlar las poblaciones microbianas en los vinos
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