
El mercado de tapas, tapones y dispositivos de cierre está liderado en alimentación por el material plástico, en un contexto global en el que los sistemas de cierre de metal y corcho se defienden gracias a la mejora de su funcionalidad y a su valor añadido, que una gran mayoría de consumidores asocia a marcas más cuidadas y de calidad.
En el caso de los dispositivos de metal, los materiales más utilizados son la hojalata y el aluminio, y se dividen en tres grupos principales: corona, con rosca y de solapa. Uno de los más populares es el tapón corona, muy extendido en el cierre de botellas de vidrio para los segmentos de cervezas, bebidas refrescantes y aguas, también disponible con sistema twist-off (apertura con giro). Junto a los de tipo corona, los de rosca continua permiten abrir y sellar el producto infinidad de veces con la consiguiente comodidad para el consumidor. Suelen llevar una anilla unida al tapón como precinto de seguridad, que se rompe para la primera apertura.
Los tapones con solapa o lugged caps se enganchan en una rosca discontinua al envase del producto, proporcionando una clara ventaja sobre los cierres clásicos de rosca continua. Otra de las opciones a destacar, usadas sobre todo en conservas y alimentos infantiles, son tapas con cierre twist-off y PT (pres son twist-off). A estos se suman otro tipo de sistemas como las cápsulas roscables pilfer proof, los opérculos o discos de sellado por inducción y las tapas abrefácil con anilla (conservas, latas de bebida, etc.).
En relación al mercado global de este tipo de cierres, la consultora internacional Zion Market Research, en su estudio más reciente, ha indicado que en 2018 el negocio ascendió a 19.880 millones de dólares, y se espera que alcance 25.810 millones en 2025, a una tasa compuesta del 3,8% entre 2019 y 2025. En esta industria destacan las soluciones de rosca como los de mayor participación del mercado, debido a su uso extensivo en la industria de bebidas. Y por tipo de material, el aluminio es el más utilizado gracias a su resistencia a la corrosión y su rentabilidad.
En el capítulo de los operadores de cierres de metal en España, destaca la compañía murciana Bemasa Caps, especializada en productos, servicios y soluciones para el sector conservero y alimentario, y fabricante de tapas metálicas y de fácil apertura. Entre sus novedades destaca la ampliación de su línea PVC Free con la incorporación de nuevos formatos para cada tipo de twist, “apostando así por la sostenibilidad. En particular, el formato 66, dirigido al mercado del pescado en aceite en tarros de cristal, para proveerlo así de una tapa que favorezca su conservación y el de todas sus propiedades”.
La sostenibilidad también es una prioridad para esta empresa, dado que “trabajamos en diseños y sistemas de producción que consuman menos energía y minimicen el uso de materiales para ser más eficientes ecológicamente. Gracias a nuestra tecnología, podemos cerciorarnos de trabajar a diario con productos de baja migración y más sostenibles, con altas reciclabilidades”.
Por otra parte, el corcho es el material por excelencia para el cierre y taponado de vinos, y juega un papel clave a nivel cultural, gastronómico y ecológico. El tapón de corcho influye en la vinificación de los vinos y mejora sus propiedades organolépticas, permitiendo la evolución de los caldos. Una solución que se asocia a los vinos de calidad, vinos premium cuyo consumo crece cada año, y para los que se utiliza el corcho natural, dado que también se fabrican tapones de corcho aglomerado o mezclas de dos o más de estos.
Según Iniciativa Cork, agrupación de asociaciones del sector del corcho en España, el cierre de corcho “ofrece a la industria vitivinícola un método de cierre de características incomparables. Por su ligereza, tan solo pesa 0,16 gramos por centímetro cúbico. Un tapón contiene cerca de 89,7% de aire o gas similar. Flexibilidad, elasticidad y compresibilidad, propiedades que son dadas por los cerca de 750 millones de células (40.000.000 células/cm3) que componen un tapón de corcho. Estas células son impermeables y contienen en su núcleo una mezcla gaseosa parecida al aire, que permite que el tapón sea fácilmente comprimido (para ser totalmente insertado en la boca de la botella) y recupere su forma original una vez descomprimido, garantizando una perfecta adaptación al cuello de la botella”.
España, con el 30% del total, es el segundo productor mundial de corcho, por detrás de Portugal. El sector corchero es uno de los principales motores económicos en territorios como Cataluña, Andalucía y Extremadura, con más de 150 empresas que generan 2.000 empleos directos y que ascienden hasta 3.000 durante la época de saca del corcho (junio-septiembre). Este país genera el 30% de la producción mundial de corcho, con más de 3.000 millones de tapones fabricados al año, de los cuales 1.300 millones se destinan a espumosos y 1.700 a vinos. Esta industria supone una facturación total superior a los 350 millones de euros anuales, con unos niveles de exportación cada vez más al alza a raíz de la entrada de nuevos mercados productores de vino, aunque EE.UU. se mantiene como el principal importador de tapones de corcho españoles, que sumados a Italia, Francia o Alemania, supone más del 50% del negocio en el exterior.
No obstante, siempre ha habido un debate sobre la idoneidad o no de los tapones de corcho, debido especialmente a que es un material escaso, de difícil producción y precios más elevados que otros materiales, al que además se atribuyen algunos efectos negativos puntuales que por lo general se deben a prácticas incorrectas de embotellado o a contaminaciones de las bodegas, y no a las propiedades del corcho. Motivos que están impulsando la aparición de sistemas alternativos de cierre para los vinos, como son las cápsulas metálicas de rosca (screw cap o pilfer proof), los tapones sintéticos (elaborados con elastómeros termoplásticos) y los cierres técnicos o semisintéticos. En este capítulo cabe señalar que varios estudios de mercado que maneja Iniciativa Cork, demuestran que la gran mayoría de los consumidores de vino a nivel mundial prefieren el tapón de corcho, dado que este se asocia con mayor calidad y elegancia.
Todo ello sin olvidar que, en la cuestión medioambiental, análisis pioneros en España han demostrado que el tapón de corcho es el único cierre sostenible del mercado, que además de contar con una huella de carbono negativa, genera unos servicios ambientales esenciales para el medio ambiente. Además, los bosques alcornocales conforman uno de los 35 ecosistemas globales más ricos del mundo, constituyendo un gran patrimonio natural y hábitat de fauna y flora de gran valor. En este sentido es de destacar que el tapón de corcho es un producto orgánico, 100% reciclable y biodegradable.
En relación a este tipo de tapones, la empresa especializada Excellet Cork quiere señalar que “a nivel de seguridad alimentaria, estamos certificados en BRC, posiblemente la norma de seguridad alimentaria más restrictiva del sector, por lo que nuestros tapones ofrecen una máxima garantía y seguridad. En cuanto a innovaciones, desde que patentamos el tapón DUO en el año 2015, que facilita el retapado de la botella, y el año pasado el orificio centrador para el descorche, ambas patentes premiadas en la feria internacional de Enomaq, se ha facilitado mucho el trabajo de los profesionales de la hostelería y el consumidor final”.
En la actualidad sus líneas de investigación se enfocan a “tapones sintéticos fabricados en base de materia prima provenientes de fuentes naturales, los denominados Bio”.
Bericap, diseños respetuosos con el medio ambiente
La empresa Bericap presentó en el salón internacional de bebidas BrauBeviale, que se celebró en noviembre de 2019 en Núremberg (Alemania), interesantes novedades y lanzamientos entre los que destacaron los nuevos tapones de cierre que se ajustan a la normativa de la Unión Europea por la sostenibilidad medioambiental. Dicha legislación, que entrará en vigor en 2024, especifica que los tampones de botellas han de estar fijos a sus recipientes para evitar la contaminación en mares y océanos. De esta forma Bericap ha conseguido superar este reto rediseñando los tapones de tornillo. Las cuatro propuestas técnicas para cubiertas de rosca presentadas por Bericap pueden aplicarse a la misma carcasa de cierre, que es un rediseño del actual.
Además de las soluciones de tapón de rosca, Bericap también ofrece tapas a presión para cuellos estándar, así como una versión premium con acabado de cuello personalizado que ofrece el mayor ahorro de peso en cuello y cierre. Las cubiertas de Bericap permiten la introducción en el mercado del nuevo diseño de clausura adecuada para tapas atadas en una etapa anterior a la que se debe implementar el tampón roscado real. De esta forma, las tapas rediseñadas se pueden elaborar fácilmente con todos los requisitos técnicos previos al marco legal de 2024.
Y dentro de su compromiso con la eficiencia, conveniencia y sostenibilidad, y especialmente en el capítulo de la reciclabilidad de los envases de alimentos, la compañía lanzó sus válvulas BericapValve sin silicona para kétchup, mayonesas y productos de untar. La mayoría de las válvulas actualmente en uso para los recipientes de este tipo de productos están hechas con silicona, que contamina el PET y/o la corriente de reciclaje de HDPE/PP. Para evitar esta contaminación, las válvulas BericapValve no llevan silicio en su composición, porque están hechas de TPE ecológico, una poliolefina que se recicla con la corriente del reciclaje HDPE y PP, sin contaminarla.
Otras informaciones en la edición de Tecnifood núm. 130 (julio/agosto 2020)